EL DEPORTE COMO PREVENCIÓN FRENTE AL DOLOR DE ESPALDA

La práctica de ejercicio físico puede ser muy beneficiosa para prevenir y tratar el dolor de espalda, siempre y cuando se haga de forma adecuada. El tipo de dolor y las características específicas de quien lo padece determinarán la actividad idónea para cada persona.

Según Néstor Requejo, vocal del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, el deporte puede tener un carácter preventivo o ser la causa del dolor de espalda. Esto depende, entre otras cosas, del nivel de carga al que este expuesto el deportista. Cuando el dolor se presenta en una fase aguda, la práctica de ejercicio se deberá limitar. 

Los beneficios del deporte son superiores a los posibles riesgos. Los objetivos que se pueden alcanzar con el ejercicio para aliviar el dolor de espalda son diversos:

  • Readaptación neuromuscular para mejorar la función de la columna vertebral.
  • Acción analgésica.
  • Herramienta lúdica para reducir los niveles de miedo al movimiento.
  • Mejora del estado de ánimo, el estrés y la depresión que con frecuencia se relacionan con condiciones de dolor crónico.

 

Los expertos recalcan que es necesario realizar una valoración individual de cada caso antes de recomendar ejercicios específicos para el dolor de espalda. De manera general, se aconsejarán aquellos deportes que permitan realizar con seguridad ejercicios para mejorar la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio y la estabilidad corporal, acompañados de un patrón de respiración adecuado. 

Las siguientes actividades pueden resultar bastante beneficiosas a la hora de combatir los dolores de espalda:

  • Pilates: se trata de un acondicionamiento físico muy completo en el que se trabaja el cuerpo como un todo, interviniendo tanto la mente como el cuerpo. 
  • TRX: es un sistema de entrenamiento en suspención que utiliza la gravedad.
  • Body core: combinación de ejercicios funcionales y de fuerza con el fin de mejorar la biomecánica corporal. 
  • Natación terapéutica: utiliza las actividades acuáticas con un fin higiénico-preventivo, aprovechando las propiedades físicas que presenta el medio acuático.
  • Yoga: mejora la flexibilidad, la fuerza muscular y el equilibrio corporal.

 

Para obtener beneficios durante la práctica de estos deportes, es imprescindible la supervisión de un profesional. No es recomendable la práctica autodidacta.

Según Requejo, ha llegado la hora de abandonar la costumbre de prohibir cierto tipo de deportes que culturalmente hemos asociado al dolor de espalda. Estas limitaciones provocan al paciente falsas creencias y miedos innecesarios que van a hacerlo más frágil.

El deporte es un alcalinizante natural, a través de la sudoración y una buena respiración se eliminan las tóxinas y sustancias de desecho producidas por el organismo, más concretamente los ácidos provocados por la oxidación de glucosa y ácidos grasos.

EL DOLOR LUMBAR CRÓNICO: OTRA PERSPECTIVA

El dolor es uno de los problemas socio-sanitarios más importantes en todo el mundo. Podemos considerar el dolor agudo como un proceso fisiológico y funcional mientras sea reflejo o síntoma de una lesión. Sin embargo, cuando se perpetúa más allá de la propia lesión que lo originó pierde ese rol funcional asignado, convirtiéndose en una enfermedad en sí misma. El dolor lumbar crónico es una de las entidades de dolor crónico más frecuentes y tiene un terrible impacto en la sociedad actual, afectando al 70-85% de los adultos en algún momento de sus vidas. Con dolor lumbar nos referimos al dolor o malestar localizado en la espalda, en la zona comprendida bajo el borde inferior de las últimas costillas y por encima del pliegue inferior de la musculatura glútea. Puede estar asociada o no a una irradiación en los miembros inferiores.

El dolor lumbar se caracteriza por su facilidad para provocar un alto grado de incapacidad. Estos pacientes presentan con cierta frecuencia un síndrome de desacondicionamiento motor. Debido a la limitación funcional y a determinadas actitudes de los pacientes, es común ver disminuido el nivel de actividad física. Así pues, las principales propiedades de este síndrome son pérdida de la flexibilidad y movilidad, acompañadas de debilidad muscular. La pérdida de fuerza en la musculatura del tronco puede llegar a ser de hasta un 70%. También se observa una reducción en la resistencia muscular y de las capacidades funcionales para aguantar cargas o realizar movimientos repetitivos. Por último, se produce una disminución de la capacidad cardiovascular.

Tenemos que entender que este estado de limitación se prolonga y se mantiene en el tiempo con la cronicidad del dolor, pudiendo generar ansiedad, depresión, irritabilidad y aumento del estrés, lo que incluso puede volver más incapacitante su dolor.

La investigación de los últimos años ha ido mostrando como el dolor lumbar no debe entenderse únicamente como un estado funcional alterado, sino también como la consecuencia de los cambios en la plasticidad del sistema nervioso central, principalmente en la forma en cómo se altera el procesamiento de la información sensorial nociceptiva a niveles corticales, subcorticales y medulares. Hemos cambiado la forma en que entendemos el dolor lumbar crónico, correlacionándolo con alteraciones estructurales y funcionales en la corteza cerebral, entre las que podemos destacar la atrofia de la materia gris del encéfalo, cuyo efecto es más notable en la corteza prefrontal dorsolateral, y el cambio de perfil neuroquímico del cerebro. Por otra parte, tenemos cambios en la representación cortical sensitiva y motora, que se relacionan con alteraciones en los patrones normales de movimiento y postura.

El tratamiento del dolor musculoesquelético debería tener un enfoque similar al de los pacientes neurológicos, donde se considera imprescindible la búsqueda de los procesos de neuroplasticidad en el tratamiento. Las alteraciones corticales manifestadas en el dolor experimental y crónico se han relacionado con modificaciones en la función motora, que se asocian con la persistencia del dolor. Por tanto, los tratamientos de fisioterapia deberían buscar revertir dichos cambios para reestablecer la función normal. Dada la evidencia de que el entrenamiento de una nueva habilidad motora se asocia a rápidos cambios en la excitabilidad y representación de la corteza motora cortical, este enfoque de tratamiento debe considerarse de relevancia para la recuperación de los pacientes de dolor musculoesquelético.

Resultado de imagen de dolor lumbar

El fútbol y sus lesiones

Las lesiones de cadera e inguinales constituyen aproximadamente un 20% de todas las lesiones en el fútbol. Las lesiones inguinales relacionadas con los aductores constituyen el 63% de todas las lesiones en esta región y la disminución de la fuerza muscular de los aductores de la cadera se ha demostrado que es un factor de riesgo para su aparición.Los autores de este estudio querían evaluar los efectos de un programa de fortalecimiento de aductores de 8 semanas de duración. 34 jugadores de fútbol sanos fueron asignados al azar al grupo de entrenamiento o de control y durante el descanso de liga a mitad de temporada se realizó el entrenamiento bajo supervisión de un fisioterapeuta, con un entrenamiento progresivo de los aductores de cadera con gomas elásticas. Los resultados evaluados fueron fuerza de aducción de cadera excéntrica máxima (EHAD) y fuerza de aducción de cadera máxima isométrica (IHAD), medida únicamente en la pierna dominante con un dinamómetro manual.
En los resultados se encontró un aumento del 30 % en la EHAD y un aumento del 14 % en la IHAD en el grupo de entrenamiento. Este estudio demostró que este programa de fortalecimiento puede aumentar la fuerza de aducción excéntrica máxima de la cadera sustancialmente y es simple y se puede realizar en el campo de fútbol , lo que tiene implicaciones potenciales como un enfoque simple para laprevención de este tipo de lesiones en el fútbol.

> De: Jensen et al., Br J Sports Med 48 (2014) 332-338

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